El Plan de Ayuda Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés) es un programa del gobierno de Estados Unidos que, sin duda, ayuda a personas y familias de bajos ingresos a adquirir alimentos saludables y balanceados. De hecho, este programa es vital para millones de estadounidenses que, efectivamente, enfrentan inseguridad alimentaria.
SNAP, además, proporciona beneficios mensuales que, por lo tanto, se pueden usar para comprar alimentos autorizados en tiendas de abarrotes y supermercados. Así pues, los beneficios se otorgan a través de una tarjeta electrónica llamada EBT (Transferencia Electrónica de Beneficios), la cual, de manera similar, funciona como una tarjeta de débito.
Este programa, que antes era conocido como los cupones de alimentos, busca asegurar que efectivamente todos en Estados Unidos tengan acceso a los nutrientes necesarios para vivir una vida saludable y activa. Sin embargo, muchas personas aún, lamentablemente, no saben si califican para recibir estos beneficios o cómo solicitarlos.
Para calificar para el SNAP, existen, entonces, ciertos criterios de elegibilidad que deben cumplirse. En general, los solicitantes, por ende, deben tener ingresos y recursos que caigan por debajo de un cierto nivel. Este nivel, a su vez, varía dependiendo del tamaño de la familia. Por lo tanto, es importante considerar estos aspectos antes de aplicar.
Por otro lado, otros factores importantes incluyen el estado de residencia, la ciudadanía o el estatus migratorio. No obstante, aquellos que no son ciudadanos pueden ser elegibles si cumplen con ciertos requisitos específicos. En este contexto, estos están relacionados, además, con su condición migratoria, como, por ejemplo, tener un estatus de residente permanente.
Además de los ingresos, el SNAP verifica los recursos y activos que posee un hogar. Para empezar, esto incluye, por ejemplo, dinero en efectivo, cuentas bancarias y otras posesiones de valor que, por lo tanto, podrían ser convertidas fácilmente en efectivo.
Por otro lado, el programa tiene límites específicos sobre cuánto en recursos puede tener un hogar y, por lo tanto, aún así, ser elegible. De hecho, en la mayoría de los casos, los hogares con un miembro que tiene 60 años o más, o discapacitado, tienen límites de recursos más elevados que, por supuesto, aquellos hogares sin miembros de estos grupos.
Sin embargo, ciertos bienes no se cuentan contra el límite de recursos. Por ejemplo, la vivienda principal, el terreno adyacente y, además, vehículos generalmente necesarios para el trabajo no se consideran en esta evaluación.
Solicitar el SNAP es un proceso que, en primer lugar, varía ligeramente de un estado a otro en los Estados Unidos. No obstante, en general, se inicia con la presentación de una solicitud, ya sea en línea, por correo o en persona, a la oficina local del SNAP.
Luego de enviar la solicitud, el solicitante suele tener una entrevista con un trabajador del SNAP, que puede realizarse por teléfono o en persona. Durante esta entrevista, se revisa la información proporcionada en la solicitud; además, es posible que se solicite documentación adicional.
Por lo tanto, es importante que los solicitantes proporcionen información precisa y completa. De lo contrario, los errores o la información incompleta pueden, por consiguiente, causar demoras en la aprobación de los beneficios o incluso resultar en la denegación de la solicitud.
Los beneficios SNAP se usan principalmente, en primer lugar, para comprar alimentos en tiendas y mercados autorizados. Por ejemplo, los artículos generalmente elegibles incluyen frutas y verduras, además de carnes, productos lácteos, panes y cereales. Sin embargo, cabe destacar que, por otro lado, medicamentos, alimentos preparados y alimentos para mascotas no están cubiertos por el SNAP.
Además, muchos establecimientos, desde grandes cadenas de supermercados hasta pequeños mercados locales, también aceptan la tarjeta EBT. De esta manera, esto permite a los beneficiarios del SNAP, por consiguiente, comprar alimentos en una variedad de lugares, asegurando así que tengan acceso a productos frescos y necesarios.
Es importante, por lo tanto, utilizar estos beneficios sabiamente, planificando las compras y seleccionando, además, alimentos que provean una dieta balanceada. Además, algunos estados ofrecen programas de educación nutricional que pueden ayudar, en consecuencia, a los beneficiarios a maximizar el valor y los beneficios de sus compras.
Muchas personas que podrían beneficiarse del SNAP no solicitan debido a la falta de información y, además, por preocupaciones sobre el proceso. Sin embargo, creen que podría ser complicado o que, por otro lado, podrían enfrentar estigmas asociados a recibir ayuda gubernamental.
Existen organizaciones y recursos que, por lo tanto, brindan asistencia gratuita para guiar a las personas a través del proceso de solicitud del SNAP. De hecho, las oficinas locales de SNAP y, además, las organizaciones comunitarias frecuentemente ofrecen orientación completa para ayudar a superar este obstáculo.
Además, es fundamental que las personas que ya reciben beneficios SNAP se mantengan informadas sobre posibles cambios en las regulaciones del programa. Por lo tanto, deben también renovar sus beneficios a tiempo y, por otro lado, entender cómo manejar situaciones que, por ejemplo, podrían afectar su elegibilidad.
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