El Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria, mejor conocido como SNAP, es una herramienta vital para muchas familias y personas que necesitan apoyo para comprar alimentos. Entender cómo funciona es el primer paso para maximizar su uso. SNAP proporciona una cantidad específica de dinero cada mes en una tarjeta de beneficios, similar a una tarjeta de débito, que se puede utilizar para comprar productos alimenticios en diversas tiendas autorizadas.
Parte fundamental de usar SNAP eficazmente es conocer qué productos pueden o no ser comprados con este beneficio. En general, se pueden adquirir alimentos como frutas, verduras, carnes, panes, productos lácteos y semillas para cultivar. Sin embargo, no se puede usar para comprar alcohol, tabaco, vitaminas o alimentos calientes preparados. Planificar las compras con un presupuesto en mente y aprovechar las ofertas en las tiendas puede ayudar a que el beneficio rinda más.
La planificación de menús semanales es una táctica eficaz para utilizar el SNAP al máximo. Al crear un plan de comidas, puedes asegurarte de que los alimentos comprados se usen efectivamente y no se desperdicien. Considera recetas que sean nutritivas, asequibles y que utilicen ingredientes que ya tienes en casa. Además, cocinar en casa en lugar de comprar alimentos preparados puede ayudarte a ahorrar y rendir tu SNAP por más tiempo.
Otra recomendación es comprar productos de marcas genéricas o en oferta, lo cual puede ayudarte a reducir costos y obtener más por tu dinero. También es útil revisar la tienda local para conocer qué beneficios adicionales ofrecen. Algunos mercados de agricultores, por ejemplo, tienen programas de 'doble SNAP', donde puedes obtener un valor extra por tu dinero al comprar frutas y verduras frescas. No olvides llevar un registro de tus gastos mensuales de SNAP para asegurar de que estás distribuyendo el beneficio adecuadamente hasta el final del mes.
VER CÓMO INSCRIBIRSE